Esto es lo que nos afirman las grandes marcas y parece que se cumplirá. Internet forma parte de nuestro día a día y los coches también están dentro de nuestro círculo de productos que utilizamos casi a diario. Es por esto que la unión de ambos productos puede suponer toda una revolución como estamos viendo con los modelos de coches que ya van conectados a la red móvil.
Que un coche esté conectado a internet significará que se podrá realizar una conducción mucho más automatizada. Podremos recibir la información del tráfico al instante para ir variando nuestra ruta en función de las retenciones. La seguridad también mejorará porque el coche podrá enviar los datos de la parte técnico para comprobar que todo esté bien. Ante cualquier fallo podremos ser avisados con alguna aplicación instalada en nuestro terminal.
Las posibilidades son infinitas y el futuro ya no es sólo internet, el futuro es unir internet, el coche y los teléfonos móviles. Las aplicaciones nos pueden permitir desde, cerrar nuestro coche aunque estemos lejos de él hasta realizar una conducción autónomo. Ya hemos visto como gracias a las aplicaciones podremos aparcar nuestro coche de forma autónoma, sin necesidad de estar dentro del coche o preocupados por si el coche rozará con alguna columna.
En este sentido, la tecnología va mucho más adelantada que las leyes y, mientras ya es posible que un coche aparque de forma autónoma, la ley no permite que un coche esté sin conductor.
Por último, también tenemos que comentar un avance en la tecnología que controlará el coche para que no realiza aceleraciones o desaceleraciones innecesarias. Para ello el coche se conectará a internet y detectará las próximas señales, con lo que se crearán coches mucho más sostenibles.
El futuro está aquí y muy pronto podremos ver todos estos avances en nuestros coches.
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