Matthew Sant, el protagonista del vídeo que os traemos hoy, nos da todo un ejemplo de cuál es la actitud que hay tener en la vida. Este australiano sufrió un pequeño accidente mientras viajaba con su moto. Lejos de enfadarse y emprenderla con los otros conductores implicados, Sant reaccionó de la forma más amistosa posible.
Todo sucedió en Canberra, donde Sant se encontraba circulando por una de las avenidas de esta ciudad. El motorista se detiene y justo en ese momento recibe el impacto de un Toyota Corolla que venía por detrás. La moto se queda incrustada en el capó del coche y Sant acaba en el suelo.
Sin embargo, como podemos ver en el vídeo, Sant levanta rápidamente el pulgar en señal de que se encuentra bien. Luego, se acerca hasta el conductor del vehículo para darle la mano y preguntarle si está bien.
Curiosamente ninguno de los otros conductores se acerca hasta Sant para preguntarle cómo se encontraba.
Así describió el propio Matthew Sant el accidente: «Me encontraba circulando por una avenida de Canberra en una zona de 80 km/h. Había tráfico delante y tuve que parar. Cuando paré revisé mi espejo y me puse en la derecha de la carretera por si acaso el coche de detrás no estuviera prestando atención. Lo vi venir de lejos. Lo siguiente que supe es que estaba mirando al cielo».
«Era el tipo de tres coches más atrás el que no se detuvo», explica Sant.
Como hemos visto, la reacción de Matthew Sant es totalmente distinta a lo que cabría esperar, pues en lugar de recriminar al resto de conductores su poca atención al volante opta por dar más importancia al estado de salud de todos los implicados, incluido él. Al fin y al cabo, en este tipo de sucesos la salud es lo más importante.
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