El frío por fin ha llegado para quedarse, las primeras nevadas ya han llegado abriendo las principales estaciones de sky y el cercano puente de diciembre prevé numerosas salidas. Es por ello, que antes de emprender cualquier viaje a una región donde la nieve y el hielo pueden aparecer en cualquier momento, es importante tener en cuenta una serie de consideraciones antes de echarnos a la carretera.
Conducir con hielo y nieve
El primer consejo lógicamente es informarnos previamente de cual es la previsión meteorológica para estar bien preparados. Es posible que alguna carretera esté cortada y debamos elegir una alternativa.
Si las temperaturas van a ser menores de 4 grados, la aparición de hielo es segura. Es por ello que ante estas temperaturas y sobre todo durante primera hora de la mañana y de madrugada debes extremar las precauciones y conducir con atención y despacio.
Ante situaciones adversas, es importante ir bien equipados y no sólo nos referimos a llevar cadenas en el maletero (que también). No apures nunca el depósito, intenta llevarlo al menos a media capacidad y reposta con asiduidad. Lleva tu teléfono cargado y si es posible lleva cargador en el coche ante una posible emergencia. Anticongelantes y refrigerantes deben ser revisados, neumáticos con el nivel de presión correcto y equipamiento habitual como chalecos y triángulos.
Si el frío está dificultando la visibilidad y tus parabrisas no dan a basto hay un truco que funciona muy bien. Por raro que parezca, frotar media patata tanto por dentro como por fuera de la luna evitará que se empañen los cristales. Además, es recomendable enfocar la calefacción hacia los cristales y usar el cristal térmico trasero.
Por supuesto, sentido común, si la capa de nieve es demasiado alta no valen cadenas, toca parar y descansar. Aunque pudieras circular, lo único que conseguirás es estropear los bajos de tu vehículo o poner en peligro tu seguridad.
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