Seguro que muchos de vosotros ya conocéis la impresión 3D. De hecho en televisión nos hemos cansado de ver cómo se presentaban estas impresoras que van a suponer una revolución en todos los sectores. Pues bien, en el mundo del automóvil van a aportar mucho más que en el resto pues según un estudio el 90% del coste de fabricar una pieza nueva se va a reducir gracias a esta impresión en tres dimensiones.
De hecho es ya una realidad en muchas marcas de coche. Opel, sin ir más lejos, ya imprime en 3D sus piezas. De esta forma el ahorro es continúo y con los avances de estas máquinas la producción en cadena es también posible. Y lo que es mejor para esta producción en cadena, tan sólo hacen falta 6 personas para llevar a cabo toda la producción en 3D de Opel. Y es que hablar de impresión en 3D es hacerlo de una producción rápida y que abarata de forma considerable la producción de las empresas y, por tanto, del cliente final.
De hecho, lo que si supondría una revolución, es que fuera el propio cliente final quien pudiera fabricarse la pieza de repuesto en cosa. Lógicamente este debería saber de mecánica para saber qué pieza se ha roto, cómo es y cómo instalarla. Siendo más realistas esto podría ser útil para los talleres pues ya no tendrían que depender de proveedores ni intermediarios para conseguir las piezas. Una vez detectada la avería sólo tendrían que ir hasta la impresora en 3D e imprimirla para poder reemplazarla y reparar la rotura.
Cojan sitio porque la impresora 3D se ve ya como el invento del siglo. Esta es una sola de las aplicaciones que podrá tener y que nos hará la vida mucho más fácil. El futuro, como hemos comentado, es que todos tengamos una en casa.
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